Roberto llega a la Sampdoria en el verano del 1982, fuertemente querido por el presidente Paolo Mantovani que para tenerlo suelta una cifra fuera de los standard de aquel tiempo: 2 billones y medio de liras, más 4 jugadores dados al Bologna.
En Blucerchiato Mancini marca 118 goles en 52 presencias y llega a jugar en la temporada 1991/92 la final de la copa de los campeones contra el blasonado Barcelona. En el mágico estadio Wembley, la Sampdoria resiste hasta los tiempos suplementares cuando se ve obligada a culminar el encuentro por mano de Koeman, autor del gol victoria para los catalanes al minuto 112.
A Genova Roberto gana su primera Liga con el mítico Vujadin Boskov en el banquillo: el entrenador que, más de todos, le concede la libertad de exprimir en el campo su infinito talento y su fantasía.
En los 15 años de Blucerchiato contribuye además a la conquista de cuatro copas Italia, una super-copa de Liga y una copa de las copas. Su larga aventura con la Doria termina en 1997 con su fichaje da parte de la Lazio.
